En términos generales, mi estadía fue aceptable; sin embargo, el día de finalización de la reserva fue realmente inaceptable. El check-out estaba establecido para la 1:00 p.m., y llegué a las 12:35 p.m. para recoger mis pertenencias, pero encontré mi habitación completamente abierta, sin personal del hotel presente y sin ningún control que garantizara la seguridad de mis objetos personales.
Es inadmisible que, faltando aún tiempo dentro del horario contratado, se vulneren las condiciones básicas de seguridad y privacidad de los huéspedes. Las políticas de cualquier establecimiento deben proteger las pertenencias de quienes aún se encuentran dentro de su periodo de reserva, y es deber del hotel mantener cerradas las habitaciones hasta que se cumpla la hora oficial de salida o hasta que el huésped entregue formalmente las llaves.
Este tipo de situaciones no solo genera inseguridad y desconfianza, sino que además compromete la imagen del lugar y la tranquilidad de quienes confiamos en su servicio. Espero que revisen sus protocolos y refuercen sus medidas de control para evitar que algo así vuelva a ocurrir.